lunes, 6 de febrero de 2012

My name is Sheamus, and I love to fight!

A estas alturas mi admiración por Sheamus es ya incondicional. Me parece un luchador como la copa de un pino, no ha tenido que hacer gran cosa para encandilar al público y me parece un personaje único y que no volverá a existir nadie como él en mucho, mucho tiempo. Su estética no es artificial, es así de blanco y así de pelirrojo, por lo que sus señas de identidad son inconfundibles y le hacen no pasar desapercibido.

Además, su capacidad luchística es impresionante, y aunque la (supuesta) crítica entendida no es muy benévola con sus combates, siempre son sobresalientes. Este irlandés ha demostrado ser un excepcional profesional y encima, no deja de sorprendernos. Con una genial ejecución de sus dos finishers (la siempre contundente Brogue Kick y el Celtic Cross), hace 2-3 semanas añadió a su repertorio el Rolling Hills (que también ejecutaba como “signature move” su compatriota Finlay). Con esta maniobra se pone de manifiesto la habilidad del irlandés, que pese a su estatura y físico, demuestra ser un luchador bastante dinámico. Sin embargo, lo que más me ha entusiasmado, ha sido el desenlace de su combate contra Cody Rhodes, devolviéndole el honor que le pertenece al clásico finisher de Fit Finlay, el “otro” Celtic Cross… y es que se me revolvieron las entrañas al ver a David Otunga utilizar este move hace un par de semanas (vamos no me jodas!).

El Rolling Hills de Finlay:


El Celtic Cross de Finlay, Otunga y Sheamus:


Y de "regalo", os dejo el mítico titantrón de Finlay: "My name is Finlay, and I love to fight!"...

2 comentarios: