Ricardo Rodriguez es un genio y no hay nada más que decir. Desde su primera aparición me ha encantado ya que cumple perfectamente el papel de mayordomo pelota. Al igual que ocurre con su jefe, Alberto Del Rio, tiene una cara magnífica para esto del wrestling y un vozarrón difícil de olvidar. Además es capaz de protagonizar spots impresionantes como recibir finishers o caer desde escaleras. Y esto, en una época en la que los managers en WWE brillan por su ausencia, es de agradecer. Esta semana me ha hecho mucha gracia cuando, al decir Del Rio que le había echado cojones, ha hecho un gesto típico en estos casos que no se explicar muy bien (minuto 1:12, aunque yo lo vería entero). Respecto a la lesión de Del Rio, puede que hasta le vaya bien si saben usarlo correctamente. Creo que daría bastante juego que cada semana hiciese un segmento en la silla de ruedas aunque sea solo para autopromocionarse.
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