martes, 5 de abril de 2011

"El orden conduce al éxito y el desorden al fracaso"

Esa era una frase que no paraba de decir un profesor que tuve hace unos cuentos años. Y así es. Wrestlemania XXVII empezó nada más y nada menos que con el combate por el World Heavyweight Championship, algo incomprensible teniendo en cuenta que es el evento más grande del año de la compañía. Yo soy de los que piensa que un show debe ir de menos a más y que hay que dejar los combates de los títulos absolutos para el final.
Además, el encuentro me resultó menos entretenido de lo que me esperaba y acabó con un final más bien absurdo. Del Rio, pese a haber recibido un push tremendo llevándole incluso a ganar el Royal Rumble, cayó a manos de Edge, quien tras el match rompió el coche de su rival de una forma bastante penosa. Por otra parte, el turn heel de Christian se quedó en un sueño y el canadiense se limitó a ser el palmero de Edge.
Un final bastante decepcionante de un PPV similar.

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