Una decisión terriblemente mala

Esta semana CM Punk tenía que tomar la decisión de quién quería que fuese su adversario en Hell In A Cell, y tenía que elegir entre John Cena o Ryback. Finalmente, y tras mucha palabrería de por medio que no ha servido para nada, Ryback ha terminado siendo el aspirante. Sí, el mismo luchador que hasta hace nada solo se enfrentaba a jobbers va a luchar por el campeonato más importante de norteamérica. Es decir, al no estar John Cena disponible para luchar la opción siguiente es este tipo, por encima de un puñado de luchadores que le dan mil vueltas en todos los aspectos. Pero claro, a Tito Vince le gustan grandes y contra eso no hay nada que se pueda hacer. Esperemos al menos que en lo que queda para el PPV sepan arreglar un poco la situación.

Por ejemplo, podrían poner a Cena de árbitro, que tampoco le costará tanto tirarse al suelo para hacer una cuenta de vez en cuando. Al menos algo de emoción le añadiría al combate. Y es que de momento no veo ningún condicionante que me haga sentir interés por esta pelea (que además será el Main Event casi seguro).

Por cierto, lo que doy completamente por desechado es que CM Punk no retuviese. Tengo claro que dejaría de ver WWE si me ponen a este perchero de campeón después del genial reinado del de Chicago. Lo que sí que parece que vaya a suceder es que Ryback gane pero por descalificación al recibir un Low Blow o algo por el estilo. Cosa que tampoco me parece bien, ya que dejaría a Punk como un luchador que no merece el oro por muchas trampas que pueda hacer siendo heel.

No sé... es que no le veo sentido a este combate. ¿En serio no hubiese sido mejor meter aquí a Mick Foley por cualquier tontería y alegrar de este modo a los nostálgicos? Hell in a Cell va a ser un PPV muy flojo, equiparable a los últimos shows de WWE.